Ioar 9 Julio 2006.Iñigo Redín

Escrito el: 9th julio 2006 por AlasDeLeyre en Cronicas, LIGA NORTE

Hoy sí, la cosa está más clara de norte. Lo cual, es un alivio, ya que, sin duda, no íbamos a subir a la sur. 

La rapelada augura un día flojillo, con nubes altas que nos taparán el sol, y vientos de nordeste, que, por la tarde, rolarán a noroeste.

Ya antes de subir, la prueba está decidida. Haremos la prueba reina de Ioar. Baliza en Lagrán, a 21 km hacia el oeste, vuelta a la ermita de Ibernalo, justo bajo el despegue, y gol en las piscinas. ¡Ojo!, con un radio de 400 metros.
De nuevo la prueba será cronometrada.

Hoy sí que está de norte desde el principio. Sin embargo, no vemos que los buitres triunfen mucho. Y la cosa no anima mucho a despegar.
No importa, conocemos la zona, y sabemos que tira bien, aunque sea un poco tarde. Así que, a esperar…

La prueba tiene un inicio de crono en un radio del despegue, 1 km. Cuando se sobrepase esa línea por última vez, comienza el tiempo. Así que, todo el tiempo que uno espere en el despegue, para coger altura, será bueno. Digo esto, porque sé de uno, que el año pasado metió la pata por no tenerlo en cuenta.

Una vez más, fue Ramón uno de los primeros en despegar. Miguel, cuando Ramón ya se ha escapado de la zona del despegue, sale a por él. Sin duda, a resarcirse de su resultado del día anterior.
Luego vamos Akitxo y yo (y más gente, por supuesto).

Como es tradición, los primeros kilómetros con el culo prieto. A escasos 200 metros del duro suelo, sigo con rumbo fijo a la térmica del pueblo de Cabredo, aunque, la verdad, no tengo muy claro que vaya a legar. Así que, cualquier cerillo del camino es girado como si fuese el último.

A lo lejos veo a Ramón, que se escapa, y ya está abordando el salto a Lapoblación. Le veo muy bajo, pero parece que no cae, e, incluso, sube.

La térmica de Cabredo es buena, cojo unos 1700, y veo cómo vienen hacia mí Akitxo y Robert con más gente.
Les dejo en la térmica subiendo, venían de abajo, y voy derecho al Puerto de Bernedo, al monte de Lapoblación, que está en el lado este de la carretera del puerto. Conmigo viene el bravo argentino, Marcelo.

Mientras, por delante, yacía el parapente de Miguel, en el suelo. Había escogido ir por el llano para cruzar esta zona complicadilla, y no había triunfado.

Marcelo se había abierto un poco más al norte que yo, buscando una térmica en el pueblo de Marañón. De cualquier manera, atrapamos a Ramón, que venía trincando desde el suelo, en la peña de Lapoblación.

Ahí estamos un rato los tres, intentando coger algo de altura para cruzar el barranco del Puerto de Bernedo.
Más que nada, porque quedarse en medio suponía no tener aterrizajes (bueno, había algo que parecía un aterrizaje), y tenía pinta de haber una pateada terrible.
Así que los tres, fuimos batante cautos.

¿Los tres?, no, ni de coña!!!
Primero fue Ramón, que con una mierdecilla de altura se atreve a cruzar el barranco, en busca de los trigales que hay al otro lado (por si había que pinchar allí). Según él, llegaba de sobra. A ver quién se lo rebate, porque, en efecto, llegó. Y, de sobra. De sobra porque no aterrizó, pero seguro que tenía agujetas en el culo después de esa transición.

Marcelo y yo hacemos un intento. No me fío, y me doy al vuelta. Marcelo va un poco más bajo que yo, y llega a un punto en el que no tiene marcha atrás.
Tendrá que trincar (cosa que se ve muy difícil) o aterrizar en esa zona.
Se ve un campo en donde puede aterrizar. Aterriza, desenreda la vela (cortando con su machete las matas), y empieza su odisea. 
Por cierto, para que conste, Marcelo aterrizó en el Regajo de Roñés, en la zona de la Comunería (se ve muy bien en el track si usáis un mapa de SIGPAC).

A todo esto, mientras Ramón nos tomaba la delantera, una legión de parapentes llega a la zona en donde yo estaba (cobardemente). Entre ellos, Akitxo y Robert.

Akitxo, tal como llega, consigue un unillo que le lleva a la parte alta de la cresta, y cruza rapidamente el puerto, por arriba, por el collado.
Yo aún hago otro intento de cruzar, y, de nuevo, vuelvo con el rabo entre las piernas. 
Finalmente, Robert y yo nos escapamos. Primero me adelanto yo, y, después, vendría él. Aquí empezaría nuestra carrera particular (relativa, ya que depende del crono) 
Cabe destacar que por ahí estaba Víctor, que, como todo Blas, estaba intentando remontar para escaparse.

Una vez ganada la cresta, todo es gratis. Casi no hace falta girar. Aunque, bien sabemos que, para hacer la baliza de Lagrán habrá que trincar algo, porque hay que abrirse al valle.

Ramón hace la baliza en primera posición. Tras él, Akitxo, y, a una buena distancia, Robert y yo, casi a la vez, tras un recorrido en el que alternábamos nuestras posiciones.

De la vuelta no hay mucho que decir, salvo que, una vez conseguidos unos metros al volver de Lagrán, es realmente fácil y rápida. 
Cuando los primeros, Akitxo y Ramón, pasan sobre el puerto de Bernedo, Marcelo sigue guerreando por ahí. Akitxo atrapa a Ramón justo después, a la altura de Marañón. 
Ramón, precisamente, nos avisa por radio que es muy fácil cruzar el puerto a la vuelta, así que Robert y yo, de carreras, no nos molestamos en trincar mucho.

Cuando nosotros llegamos al puerto, más de una hora después de la ida, Víctor sigue ahí, sólo, intentando remontar. Le digo que con la altura que tiene, ya pasa sin problema. Y, curiosamente, va y se fía. Luego aterrizaría en Lagrán, y quedaría quinto en la manga (sólo 7 pasamos el puerto).

Por delante, en el tramo final hacia la última baliza, la de la ermita de Ibernalo, Akitxo se escapa de Ramón. Ambos hacen la baliza, y llegan a gol sin mayor historia, llegando Akitxo 5 minutos antes que Ramón, aunque serían 14 según el crono.

En el tramo final, camino de Ibernalo, Robert se me escapa un poco. Esto ya lo he vivido antes, así que voy de listillo, y como sé que la zona que nos queda tira mucho (más aún con más calor), me la juego, y no giro nada de nada.
Búho, por radio, nos dice que el tramo final es con viento en contra, que aseguremos altura en la ermita.
Yo no pienso hacer caso, me la jugaré, porque siempre ha tirado mucho la zona que hay entre la ermita y el gol en las piscinas. Aunque, en otras ocasiones, ese gol es de 1000 metros de radio, y hoy es de 400.

Voy detrás de Robert, y, ¡oh, la lá!, veo que se para a trincar. Tengo 300 metros de desnivel para hacer 2,5 km, y con un viento en contra de unos 20 km/h. La cosa va a estar complicadilla, ¿no? 
¡Qué importa!, si la cago, pues cagada, y ya está.
Me piro. Paso sobre Santa Cruz con 200 metros, me faltan 1,3 km. ¿Llegaré?. Piso el acelerador, pero, lo suelto cuando hay ascendencias que me echan una mano, voy cabalgando.
Finalmente aterrizo a 370 m de gol, o sea, ¡¡¡en gol!!!

Robert, me imagino, estará rabiando al verme. Le oigo que pregunta por radio si he hecho o no gol. Yo mismo le respondo: "chincha, chincha, he llegadooo".

Finalmente le sacaría poco más de 4 minutos. Que, en realidad, no me ponían por delante de él, sino más cerca por detrás, ya que me sacó 4 minutos en la clasificación de la manga.
Ramón me sacó 1 minuto, aterrizando 9 antes.
Cosas de las mangas con cronómetro individual.

Al final, otro día bueno, 42 km con un día que no era para tirar cohetes, pero se puso la manga perfecta.
Mucha gente pinchada en la parte este del Puerto de Bernedo, y 3 pilotos más, Víctor, Ongi y Miguel, que pasaron el puerto, e hicieron más de 11 km. Y Akitxo, como nos dijo por radio, al fin, ganaría una manga de Liga Norte.

¡Ah!, ¡coño!, ¿y Marcelo?, que lo hemos dejado en el barranco. Yo me fui a casa, y él seguía sin aparecer. Al final, contactaron con él, y le rescataron. Sólo estuvo 4 horas pateando la zona. Su machete, para el arrastre, ya que, según sus propias palabras, lo tuvo que utilizar para abrirse paso entre las zarzas de 2 metros.
Anda que no hemos echado risas. A ver si se anima y nos escribe unas líneas aquí también.

Pues nada, otra vez más y mejor.

 

Íñigo Redín