XI Concentración de Belagua 23-24 Septiembre 2000

Escrito el: 24th septiembre 2000 por AlasDeLeyre en Cronicas, LIGA NORTE

 

El pasado fin de semana, días 23 y 24 de septiembre, se celebró la XI Concentración del Valle de Belagua. Contó con una asistencia de 62 pilotos, que seguro no tienen queja del fin de semana.
Esta zona, para quien no la conozca, cuenta con un despegue, a unos 3000 milímetros del coche, situado a 1.350 metros. El aterrizaje, a unos 950 metros, es una amplia campa herbosa, sin problema alguno. 
Escasos 600 segundos en coche separan el despegue del aterrizaje, por lo que hacen de este lugar (con orientación Sur, suroeste), un sitio perfecto para la práctica de nuestro deporte, para el desarrollo de cursillos y demás…

El sábado amaneció, ya desde primera hora, con mucho viento, por lo que nos tuvimos que concentrar y poner todas nuestras fuerzas en el almuerzo-comida que nos preparó Iñigo Arizaga. Bien de costillas, bien de sardinas, vino, melón, etc… Estuvo muy bien, porque, ya sabeis, a veces tienes la duda de si dejas de volar por comer. En este caso, no había ninguna duda, el viento era fuerte, por lo que no nos planteaba esa seria duda. Ahora bien: si llega a estar bueno para volar, ¿creéis que habría más gente volando que comiendo?, yo, personalmente, lo dudo. 
Bueno, pues entre peloteos con el balón, cafés y demás, nos dieron las 6 de la tarde. Salgo de la Venta de Juan Pito (estupendas migas de pastor), y, ¡oh cielos!, me encuentro que está volando un parapente. 5 minutos, 5 tristes minutos nos costó llegar al despegue tras ver ese parapente. 
¿Qué es esto?, ¿ha bajado el viento?. No sé, no sé, sacaremos a Tomás para que lo compruebe. Pues mira, oye, está bueno, hace algo de viento, pero está bueno. 3 minutos más, y ya estamos en el despegue prestos para volar. Ladera gansa, con viento fuertecillo, y térmicas por todo. Las paredes tiran bastante, y enseguida hay gente por todas partes y a todas las alturas volando. 
Algunos se subieron hasta las cimas de Lakora (1.900 m), e incluso algo más. Desde ahí unas estupendas vistas del Pirineo Navarro y Oscense les contemplaban (¿quién contempla a quién?). "¡Eh!, que se ve el Bisaurín, donde estuvimos volando hace 2 semanas, y el Aspe, y Collarada…" 
Pues nada, habrá que pensar en bajar, ¿no?, ya que las normas dicen que sólo se puede volar entre el orto y el ocaso, ¿o será más bien que no nos queremos tragar un árbol al aterrizar?. Yo creo que algo también tuvo que ver la cena, que había previsto la organización en el refugio de Belagua, a escasos 2 minutos del despegue. Pues nada, oye, que iremos a cenar. 
Buenoooooo, nos pusimos las botas en la cena. Creo que alguno repitió jarretes de cordero hasta 3 veces, ¡qué superdotado! 
Después de la cena, de cháchara en el parking del refujio, una mentira tras otra, un trago de orujo tras otro, hasta dejarle a su dueño de la botella sin gota. 
Por supuesto, hablábamos de lo que venía para el domingo: "no os fiéis, que aunque se vean todas las estrellas, y hasta alguna estrella fugaz (orujos a parte), Maldotado nos ha dicho que mañana va a llover".

Mira por donde, que ya es domingo, y luce el sol que no veas. Habrá que ir a hacer algún descenso, ¿no?, que para eso estamos en una concentración de parapente. 
Pues eso, tras algún descensillo, a los que, la verdad, yo no hago ningún asco, total, la subida es inmediata, a eso de las 12, la gente ya empezaba a trincar. A ambos lados del despegue, que os recuerdo, es orientación sur, asomaban las barbas de un abuelete que debía estar en la cara norte, Foehn o algo así creo que se llama. Pero había una rubiaza, en la sur, Brisa, que le mantenía quietico en su sitio. 
Alguno se puso a 500 metros sobre el despegue, para demostrar, más que nada, que en altura había sur, nada de nortes molestos. El paisaje en la cara norte, impresionante, un mar de nubes que no veas, al que ya estamos acostumbrados por esta zona. Todas ellas agarradas a la montaña, queriendo entrar en la zona de vuelo. Pero no contaban con que la organización había previsto el vuelo, como mínimo, hasta la hora de comer. Nada, un poco después de comer, el Foehn ese tuvo permiso para entrar, y entró, entró hasta el fondo, cubriéndolo todo.

Aquí acaba la "Krone ka Kroña" de la última actividad organizada por el Cluib Alas de Leyre para este año. Podéis ver las fotos de tamaño evento en el web del club.

El año que viene más y mejor.

Íñigo Redín