LIGA NORTE 2019 – 8 SEPT. Crónica Mario Arqué

Escrito el: 9th septiembre 2019 por AlasDeLeyre en PARAPENTE

Liga Norte, Ribafrecha, domingo 8 de Septiembre de 2019.

Crónica de la manga.

El Start Point

Con una buena manga el sábado, con una decena de goles, térmica revuelta en la ladera durante la espera del start y el pim pam de balizas antes de salir al llano, y viento en el llano de 25-30 km/h, que combinado con muy buena térmica, permitió hacer la prueba.

Para el domingo la previsión anunciaba que bajaba el viento, así que desde el sábado en que todos (organización y pilotos) le daban vueltas a la idea de hacer una manga diferente, un recorrido que se saliese de la rutina de Ribafrecha, que es hacer un pim pam por el valle, una baliza fuera en el llano y viento en cola a un gol más o menos lejano. Es una prueba ideal para el sitio y las condiciones, pero cuando hay menos viento o está más de norte, se puede pensar en algo diferente. La idea de ir hacia el oeste y pasar a otro valle es atractiva e interesante pero no era el día, no había suficiente componente norte o noreste o un noroeste lo bastante flojo, así que tras deliberar y con un cielo cubierto y amenazador, sería la prueba de siempre pero con menos pim pam en la ladera y un zig-zag ambicioso pero bien calculado para la parte central de la manga. La prueba parecía difícil y tuvo su dificultad ciertamente. Las condiciones empezaron con ventarrón por la mañana, viento que luego bajó, cielo totalmente cubierto con lluvia a lo lejos en la cara norte del Yoar y el León Dormido, además de techo bajo por debajo de 1500 m, tocaba esperar a que abriera el cielo al subir el techo, cosa que fue sucediendo, cuando el techo alcanzó los 1700 m, como la inversión era baja y el desarrollo nuboso escaso, enseguida se abrieron grandes claros y el sol pudo empezar a calentar.

Las nubes «antes»
Las nubes en el momento de abrir el SP

Pero eso también trajo que el viento subiese en el despegue, hasta un punto difícil, aunque dio momentos de tregua y todos pudimos salir. El start cercano y un pim pam muy corto, con solo dos balizas, obligaba a estar bien colocado para empezar la carrera ya que pronto tocaría salir al llano.

La térmica era más suave, las condiciones mucho menos turbulentas que el sábado, quizás las horas de sombra previas dejaron esa suavidad, se subía bien por todas partes, más apoyado en el viento, de NW de 15 km/h, que en las térmicas, ya que te derivaban hacia detrás de la montaña y las térmica de delante habituales no estaban funcionando tan bien como era de esperar, por tantas horas de sombra. Así que esperé cerca de la ladera y mi objetivo era sincronizar la máxima altura con el momento del start y además estar situado lo más al norte posible dentro del borde del cilindro, de ese modo una vez abierto el start, el viento de NW me llevaría mejor hacia la baliza del aterrizaje, más deprisa y perdiendo menos metros. Con un poco de suerte por una térmica oportuna que no giré, solo subí avanzando en ella, cumplí mi idea y salí del start algo más alto y adelantado. Era altura suficiente para ir acelerando al aterrizaje y volver al despegue, dejando para el final el girar algo para recuperar la altura. Vigilaba como venían los demás, algunos más altos como Diego y su Icepeak 6, otros “a saco” más bajos, como Tino y muchos otros. La vuelta al despegue fácil, con un termicón a medio camino que apenas giré un poco, porque prefería ir primero al despegue, volver a esa térmica y entonces sí entretenerme en girarla hasta arriba, a riesgo de que no estuviera, pero era tan ancha y fuerte mientras la cruzaba (pude medirla al atravesarla, casi un kilómetro de térmica, aunque el núcleo potente era menor claro).

Seguía con mi idea, llego al despegue por encima, giro y ya no encontré esa térmica, así que me largué con 1500 m, manteniéndome un poco al norte de la ladera porque la siguiente baliza estaba bastante al norte en el recorrido. Miré atrás y venían bajos varios pilotos, tenía ventaja de altura y un poco de ventaja en distancia también.

La manga vista desde el tramo de llano

La primera térmica fuera la giré sobre la cantera que hay camino de Ventas Blancas, no la encontré en la vertical sino en el eje del viento, que claramente estaba de WNW, de unos 20 km/h, alegre y con buena deriva, pero la térmica era fuerte, coronada con un pequeño cúmulo que empezaba a hacerse y crecer, pero muy delgado, lo que me decía que no debía pensar en poder llegar a la base ya que la velocidad vertical bajaría mucho y esa deriva me sacaría demasiado del eje, así que “gíralo lo que puedas mientras sea fuerte y lárgate sin dejarte derivar demasiado”. Cuando me fui de la ladera, había una pequeña calle de nubes hacia el NE, de 4 cúmulos seguidos muy delgados y planos, que se deshicieron rápido mientras el viento se los llevaba hacia la derecha, los cúmulos no estarían pero el camino de las térmicas que los habían creado debían seguir en ese mismo lugar, así que apunté en la dirección que vi cuando la calle estaba hecha. Los cúmulos en general fueron a menos hasta desaparecer por completo, pero mientras eso sucedía, los ciclos siguientes, todavía tenían la suficiente distancia vertical entre el nivel de condensación y el de equilibrio o de inversión como para dibujar pequeños fracto-cúmulos. Alcancé mi techo a 1700 m, la base de esas barbas creo que rondaría los 1800-1900 m y seguí saltando en la misma dirección tras cada térmica.

Mi regla era la misma: “gira lo mínimo posible para no derivar demasiado y salirte del eje hacia la baliza, busca esos puntos donde se insinué que empieza a condensar algo y acelera fuerte hacia ellos”, funcionaba, llegaba cuando el cúmulo era visible y en su apogeo, me daba una buena térmica de hasta +3 m/s, le daba 5 ó 6 giros y me iba en la misma dirección aproado un poco al viento, que seguía de WNW, pero ya de 25-27 km/h. En varios momentos miré atrás y vi a Tino luchando para remontar, más derivado al sur, con lo que tendría doble trabajo, remontar (que ya lo estaba haciendo) y ganarle al viento.

Algo que descubrí al darle tan pocos giros a las térmicas era que cuando salía hacia la izquierda de mi deriva, la térmica seguía subiendo durante un buen rato, señal de que la térmica era mucho más ancha de los que pensaba al girarla, perfecto porque eso me ayudaba a mantener la altura, en lugar de salir directo a una fuerte descendencia. Incluso podía notar como si esa ascendencia alargada en dirección NE, fuese hasta más larga de lo que cabría esperar, señal clara de que no solo era una térmica sino parte de una barrera o pared de ascendencias, seguramente causada por el viento que organiza las térmicas de ese modo. “Si lograse mantenerme en esa calle conservaría la altura”, pero eso mismo también significa que existen paredes descendentes paralelas y si entras en una y va en tu dirección de vuelo, pasarás mucho rato cayendo muy fuerte. Así que cada vez que tropezaba con un ascenso que creía que formaba parte de ese muro, giraba un poco contra el viento (como si estuviese haciendo ladera), solo aproaba mi rumbo un poco más norte, por dos motivos: así ganaba proyección norte en mi línea a la baliza y podía medir el barlovento de esa pared para no colarme a su sotavento sin darme cuenta por la deriva. Funcionó y en dos térmicas y un buen rato avanzando, pude mantenerme alrededor de la cota de los 1500 m, que era donde este fenómeno funcionaba mejor. Creo que eso sucedía también porque el viento de WNW, en toda esa zona, chocaba contra un viento más anortado de NW, con menos componente Oeste (por acercarnos al Ebro), de modo que todo el viento sobrante proveniente del oeste cabalgaba sobre el viento que entraba desde el NW, siendo una leve convergencia en realidad. Digo esto, porque cuando empecé a caer más fuerte, ya estaba metido en el flujo de NW. Y esa caída me bajó hasta los 900 m, mientras me acercaba, hacía y luego me alejaba de la baliza de paso de Villar de Arnedo. Por suerte ya me largaba de allí casi viento en cola hacia una zona que prometía ser muy activa, con tres elementos que podrían darme algo que girar. Ya no me preocupaba nada girar y derivar porque todo lo que girase ahora me llevaría a la siguiente baliza, de radio grande, con lo que la iba a interceptar seguro si lograba mantenerme en el aire, mi preocupación era seguir alto para poder afrontar el tramo posterior con el viento fuerte y cruzado a 90º, pero aun faltaba para eso.

Vista del «zigzag» de la manga (el gol en verde)

El primer punto donde busqué es una planta eléctrica, un rectángulo enorme de hormigón, que no me dio la térmica que esperaba, así que corregí el rumbo más al sur y fui directo al cilindro de la baliza, pasaría por el 2º punto que era una laderita ancha y perpendicular, todo el calor que se arrastrase por el llano (donde no estaba encontrando térmica), debía rebotar y desprenderse, eso sí funcionó y empecé a girar, luego mejoró más si cabe al entrar en un terreno creo que más caliente con viñas que un día de viento saben retener mucho mejor el aire y el calor, por simple viscosidad del aire entre las viñas, palos, etc. Giré hasta tocar la baliza, no había remontado apenas, ya que estaba 1150 m y ahora me enfrentaba a una transición con el viento a 90º de la izquierda y una línea de vuelo que no permitía ninguna deriva de térmica ya que, de girar algo, me sacaría totalmente del eje para dejarme la baliza con viento de cara puro. Era comprometido y fue el peor momento del vuelo, “si giras mal porque te alejas de la baliza y hasta de volver con el viento más de cara y si no giras mal también”. Solo me servía encontrar otra línea de ascendencia, por suerte en la térmica de la baliza giré con dos buitres  y les vi largarse hacia el norte en dirección a la ladera de los molinos sin perder mucha altura, pensé: “ellos saben el mejor camino para llegar a esa ladera”, así que seguí su trazado, que apuntaba directamente al sotavento o extremo sur de la ladera de los molinos, lo que me cuadraba con la idea de que a sotavento de una montaña se puede encontrar una convergencia formada por el viento que se ha dividido en dos flujos al rodear la montaña y vuelve a encontrarse en el sotavento formando una convergencia. En este caso, sumaba a la ecuación el efecto térmico del calentamiento de extremo sur de dicha montaña, donde el sol incidía en perpendicular y perfectamente, pero no era una montaña clásica para dicho fenómeno sino una ladera (la de los molinos) y viendo los molinos, el viento no la rodeaba perfectamente sino que la atravesaba por encima en diagonal, aun así, algo de dicho efecto tenía que seguirse produciendo, el problema era encontrar el punto exacto donde eso sucedía, la geografía me decía que era el extremo mismo de la ladera al sur y hacia allí precisamente se estaban yendo las dos aves, la primera que llegó subió violentamente y en nada se puso muy alta. Buena señal, pero a mi me faltaba mucho para llegar (ellas transitan a 70 km/h planeando a 15:1) y el viento me venía tan cruzado que no me podía permitir girar, venía bajando hasta allí y volvía a estar a 900 m, por suerte caía poco porque creo que algo del efecto descrito ya se empezaba a notar. Cuando toqué el borde sur de la ladera, ya noté una térmica y al ser turbulenta, confirmé que se trataba de una térmica de sotavento clásica y nada de convergencia amplia y regalada, tenía altura para seguir hasta la baliza y así ya podría ponerme a girar lo que fuese, nunca antes de poder hacer la baliza porque ahí se acabaría mi vuelo, aterrizando al tener que regresar contra el viento si giraba cualquier cosa antes de marcar la baliza. Le di un solo giro a esa térmica de sotavento y me subió y confirmó que era una térmica que se podía girar en realidad, pero no me lo podía permitir, confiaba en que fuese lo bastante amplia como para regalarme el avance que me faltaba. Seguí, perdí los 60 m que había ganado con ese giro y logré hacer la baliza, de nuevo con 900 m (unos 360 m sobre el suelo), pero ahora las cosas ya eran muy diferentes. Me iba viento en cola y cualquier cosa que encontrase a partir de ahora, sí que podría girarla, enseguida crucé otra térmica, dos giros y avancé un poco donde mejoró y se hizo buena, derivaba completamente de NNW y casi de Norte, discurriendo por el vallecito que forma la ladera de los molinos con la gran ladera de bosque que empieza al este. La derivé hasta los 1500 m, y era momento de ir a buscar la siguiente baliza y dejar ese eje de deriva, ya que me alejaba por el este del cilindro. Tras perder 150 m en la transición, ya cerca de la baliza, volvía a haber térmica buena, la deriva me dejaba muy cerca del cilindro pero no lo interceptaba, así que le di 4 giros, subí 120 m y fui a atacar la baliza. Lo curioso fue que desde ese momento, empecé a subir sin girar nada durante un buen rato. En realidad, esa térmica que giré apenas era el inicio de una zona ascendencia muy grande, estuve 6 minutos subiendo sin girar, recorrí unos 5 km y nunca dejé de subir, en ese espacio me acerque a la baliza, la hice y me dio para llegar hasta el extremo este de la gran montaña de bosque, la que tiene las paredes a sur tan erosionadas. Creo que todo era una enorme térmica de más de 4 km de diámetro, volvía a estar en el techo a 1650 m, prácticamente ya era un techo para hacer gol, pero faltaba un tramo de 8 km con el viento de lado hacia el Ebro, antes de poner hacer el tramo final viento de 11 km en cola hacia Corella. No solo era una térmica enorme, sino que me acercaba a la zona más favorable de toda esa montaña, que es precisamente el valle que tiene a su sotavento, una depresión baja, bien expuesta al sol y a resguardo del viento, siempre me ha dado térmicas esa zona y al ir alto, había muchas opciones de encontrar alguna. Pero de nuevo, no podía derivar ni girarlas para no perder el eje del vuelo. Insisto tanto en esto, porque el viento ya era cercano a 30 km/h y girar cualquier térmica con el viento de lado, te saca rapidísimo de un eje factible para hacer la baliza, no giré nada hasta la baliza, dejando para después de hacerla, si veía necesario girar. Llegué a la baliza bajando, la hice a 1200 m y podía haber ido directo hacia el gol, a donde habría llegado justo, porque creo que habría llegado sin girar nada más. No quería arriesgar y la primera burbuja que encontré, me puse a girarla, estuve 6 minutos girándola y como el viento me empujaba hacia el gol a 30 km/h, el planeo requerido no hacia mas que reducirse hasta el ridículo. La dejé y llegué al gol con 400 m, cedí al menos 5 minutos por hacer esos giros, pero merecía la pena asegurar el gol, ya que aun saqué 11 minutos de ventaja al siguiente, que fue Tino, habrían sido quizás 16 minutos, pero que más da, no valía la pena el riesgo de quedarse corto. Vi que Tino hizo ese tramo sin girar y en efecto, recortó 5 minutos solo por eso, pero él y Casti, quien entró un minuto tras él, llegaron más bajos y justos. Castí se pegó a Tino antes de la primera baliza del llano e hicieron el vuelo juntos, en realidad llegó un grupito a gol casi a la vez, con Sarralde y otros pilotos. Había visto ese grupo cuando dejaba la baliza de Calahorra y ellos llegaban para hacerla. Luego revisados los tracks, veo que llegué a gol cuando ese grupo alcanzaba la última baliza a 11 km del gol. La ventaja la saque, un poco en el start, y sobretodo en el camino hasta la primera baliza del llano, gracias a esa línea ascendente y a los pequeños fractocúmulos que encontré y en la zona cerana a Autol, de nuevo por esa mega-térmica que no tuve que girar. Me arriresgué en la baliza de Calahorra y podría haberme ido al suelo perfectamente, pero los dos buitres fueron mi equipo antes de afrontar ese momento crítico. El resto del vuelo al ir solo, pude concentrarme totalmente en el terreno, las condiciones, la ruta, el viento, en cómo afrontar cada trayecto, sin la distracción de estar pendiente de cómo les iba a los demás, si giraban o no, dónde lo hacían, etc. Es cierto que no tenía la ventaja del grupo y su capacidad para centrar y girar mejor o barrer terreno, pero cuando la ruta debido al zig-zag es tan obligada, tan estricta acerca del camino que debes seguir, deja poco margen para derivar a placer las térmicas o para dejarte llevar por otros caminos. Este vuelo me mostró o confirmó varias cosas sobre Ribafrecha:

Zonas de ascendencia y disparadores
  1. Los sotaventos de las colinas y montañas, al estar bien orientados al sol y muy protegidos del viento de NW, producen buenas térmicas. Todas las montañas significativas o laderitas en estos vuelos, tienen esa cualidad.
  2. En el llano al norte, en dirección Calahorra, se crean zonas de convergencia o líneas de ascendencia y lo que llamo “paredes de térmicas”. También hay líneas terribles de descendencia. En ocasiones vemos calles de nubes en esa misma área, sobretodo los días con viento de SW en altura y NW en el Ebro y si hay nubes. Pero en días azules, el fenómenos está ahí igualmente. Lo difícil es diferenciar una térmica de una parte de esa pared, si la derivas mucho, te sales de la pared y sigues ya por su sotavento, pero si la dejas pronto o delfineas la ascendencia, puedes reconocerla y con suerte aprovecharla un buen trecho.
  3. La zona al sur del Ebro, a medio camino de la montaña grande del sur (la que está llena de molinos), también tienen un efecto amplificador para las térmicas, creo que esas zonas, bien porque están más alejadas del cauce del Ebro donde el viento se canaliza más o porque empiezan a tener inclinación hacia la montaña, y por el terreno, con viñas, placas solares, mas zonas de disparo elevadas, etc. Producen térmicas muy grandes, lo encontré el sábado en los viñedos antes del gol y el domingo en toda la zona, a medio camino de Autol y muchas otras veces.
  4. Esto es muy importante, esa generosidad de las térmicas es mayor si consigues volar a mayor altura, aunque desde abajo, entrando en esas zonas, tienes térmicas muy fuertes también y a veces turbulentas y hasta violentas, pero arriba se generalizan y miden kilómetros. Como coincide que pasamos muchas veces cruzando esas zonas sin girar, puedes medir lo grandes que son revisando el histograma de abajo en el XContest, resiguiendo todo el tramo ascendente y viendo si girabas o no.
  5. Ribafrecha es un lugar excelente para practicar, tanto para hacer carreras por la ladera y yendo y viniendo de las balizas cercanas, buscando tu altura ideal, tus umbrales para apurar dicha altura, remontando, etc y luego es una escuela formidable de vuelo en llano, gracias a los muchos elementos de juego que tiene esa combinación de viento y puntos diferentes, con pueblos, montes, sotaventos, diferentes tipos de terreno. Mas instructivo incluso que llanos como Arcones o Piedrahíta con su grandeza y a veces monotonía o gigantismo, aquí todo está mas concentrado y te da más lecciones en cada vuelo.
  6. El viento es una putada también, porque el domingo aterricé como un ascensor y volando un poco marcha atrás (sin acelerar) hasta los últimos metros donde el gradiente te deja tomar bien. Hay que andarse con cuidado y elegir bien dónde aterrizar, pero el viento también da energía a todo el sistema. Ribafrecha tiene ese microclima particular, que deja volar con menos viento del que reina fuera en el Ebro, con menos lluvia y nubes, así que bien vale el viaje y es una lástima que los pilotos que en todo el norte, Cataluña incluída, sueñan con aprender a volar cross y mejorar su vuelo térmico, no aprovechen más tanto la Liga Norte como esta zona de vuelo. Todas las zonas te enseñan algo y refuerzan tu visión del vuelo térmico, pero Ribafrecha es una de las que te da lecciones más interesantes.
  7. Además es un lujo hacer carreras con vosotros, porque la Liga Norte tiene a pilotos rápidos, otros muy buenos girando térmica, que saben subirla bien y centrarla hasta arriba, algunos que se conocen la zona como la palma de la mano, así que siempre aprendes algo de todos ellos, simplemente escuchando lo que cuentan en el despegue, aunque luego no vueles con ellos y me parece uno de los mejores lugares para quien quiere progresar como piloto de competición, porque la combinación de Liga Norte y Ribafrecha es un binomio perfecto para todo esto. Además del buen ambiente, de una organización experta, eficiente y simpática.

La estrategia o técnica ideal a nivel teórico para realizar esta manga era simple pero totalmente utópica aunque cuanto más te acercases en tu ejecución a esa idea, mejor te iría en cuanto a velocidad media para el vuelo, independientemente de lo mucho o poco que acelerases en las transiciones.

Con un zig-zag que tiene varios tramos con el viento de cola y otros con el viento cruzado a 90º, puedes tratar de aplicar unas reglas sencillas:

  1. No gires térmicas cuando estés volando en el tramo con el viento de lado.
  2. Gíralas solo y sobretodo, cuando estés en los tramos con el viento de cola.
  3. Debes llegar lo más alto posible o en el techo de la térmica si estabas girando, al alcanzar la baliza al final de un tramo viento en cola.
  4. En cambio, te puedes permitir llegar bajo a una baliza si ese tramo para llegar a ella ha sido con el viento de cara o de lado y el siguiente tramo es viento en cola, porque tras hacer la baliza te irás de allí viento en cola y hasta un cero te vale para seguir avanzando en tu dirección.
  5. No permitir que la deriva de las térmicas te cambie esa condición de poder ir con el viento de lado hacia la baliza y te haga ir más con el viento de cara. Porque con el viento de lado, transitas más o menos a una velocidad similar a la que tendrías sin viento, con poca penalización, mientras que con la más mínima componente ya de cara, con un viento de 30 km/h, la velocidad de avance baja drásticamente y tu planeo en la misma proporción.
  6. Como no es posible hacer los tramos de viento de lado sin girar, en caso forzoso de tener que girar, debes aplicar la regla del zig-zag dejando la línea de vuelo ideal en el centro de los zig-zag, o sea, aproar más al viento en la transición para lograr una traza desviada hacia el viento y perder ese avance en la deriva de la térmica, si logras hacerlo a “fifty-fifty” (la mitad avanzas a la izquierda de la traza y la mitad pierdes terreno a la derecha de la traza, te mantendrás en la línea más recta y corta en promedio.
  7. Valorar bien cual es el valor de ascendencia que ya no conviene seguir girando para no derivar demasiado.  Con térmica fuerte puedes dejarte derivar incluso aunque luego debas avanzar viento en cara, con térmica floja, probablemente regresarás a un punto peor de lo que empezaste. Solo merece la pena derivar de forma tan desfavorable con el viento y ascendencia floja si a mayor altura estás convencido de que la térmica será más fuerte y el viento será un poco más favorable o menos fuerte de cara, en ese caso aceptas alejarte sabiendo que arriba lo tendrás mejor para volver.
  8. En el planeo final, haz bien tus cálculos, tomando en cuenta el viento de cola, la posibilidad de que haya o no térmicas por el camino y la altura con la que quieras llegar al gol (apurando al máximo para ganar tiempo, o asegurando un poco). Es preferible asegurar un poco y empezar acelerando menos, ahí ves como mejora el planeo requerido a gol y si mejora a un ritmo rápido, ya puedes entonces ir a fondo, porque incluso con la pérdida de planeo, seguirás mejorando tu ángulo respecto al gol. Si haces lo contrario, empezar a fondo, quizás luego tendrás que bajar el ritmo y hasta dejar de acelerar o ponerte a girar. Dibuja una especie de parábola, donde cuanto más cerca estés del gol, más deprisa puedes volar si vas sobrado.
  9. No seas optimista en cuanto a lo que planea tu vela. Si planeas a 9 y con acelerador a fondo a 7, pues usa esas cifras, aplícale el viento, por ejemplo con 30 km/h de viento de cola puro como el domingo, los 9 se convierten en 15,75 y los 7 en 12,2, pero hay que restar un factor de descendencia posible o prevista y quizás dejar las cifras un cuarto por debajo de eso, o sea: 12 y 9 respectivamente. Eso es realista y supone que no encuentres nada que poder girar por el camino. Si crees que habrá algo que girar, o un cero que te siga llevando hacia el gol, entonces te puedes lanzar más bajo pero es una apuesta arriesgada y ahí se nota que te gusta la emoción y jugar al poker.
  10. Lo importante en el planeo final es cómo varía el valor del planeo requerido, si la cifra baja, puedes llegar al gol, si sube, es probable que no llegues. Si baja deprisa, párate a girar al primer cero que encuentres por lejos que estés del gol, si baja despacio y la cifra es menor a la estimación que tienes de lo que deberías planear, confía en que más adelante haya una masa algo mejor y vuelvas a planear bien, porque estás cerca de la línea del ángulo mínimo de llegada al gol y podrías llegar, pero necesitas una leve mejoría en la tasa de caída y eso solo vendrá si entras en una masa de aire mejor más adelante. Si el planeo requerido no se mueve, cuidado porque vas al límite para llegar y si no se mueve y está muy cerca de tu estimación de planeo posible, entonces estás realmente en el límite entre llegar o no.
  11. Respecta en todo lo posible la línea recta hacia el gol, cualquier pequeño desvío te quitará metros, salvo que sigas una ruta más favorable por el terreno o la posibilidad de encontrar una masa menos descendente. Si nada te condiciona, respeta la línea recta, no toques los frenos para nada (porque cada vez que los tocas pierdes varios metros en el cabeceo) y haz el delfín vigilando el vario, con las bandas traseras y el acelerador.

Si puedes tocar los frenos cuando el vario roza el valor positivo para ralentizar el tiempo que pasas en esa masa ascendente. Con varios negativos los frenos te penalizan.

Para acabar, decir que echo de menos no tener un descarte más para que con Tino y Xabi, pudiéramos hacer sudar un poco más a Casti, quien sabiamente está asegurando todos los goles y eso es intratable.

Gracias y disculpad el rollo.