Alas de Leyre

¿23?, sí, ¡23!

Ya son unos años, ¿no?
La decana de las concentraciones de Parapente, la más vieja que sigue en marcha. Y, con los tiempos que corren, no es fácil decir esto, no.

Para que esto sea así, hacen falta muchas cosas. Organizadores que la monten, gente colaborando, una zona estupenda… Pero, sobretodo, participantes, gente que se apunte a la concentración. Y de esto, vamos muy bien servidos. Otro año más, superando la centena, sin ningún problema.

Una vez más, el lugar de cita, en el refugio de Txamantxoia. Y, por favor, que siga así.

¿Cómo ha sido este año?, estupendo. 
El sábado, desde muy primera hora de la mañana, empezaron los vuelos. Al principio descensos, que, rápidamente pasaron a convertirse en vuelos sobre el despegue.
Un buen día, bonito, con nubes, 

Pero, a eso de la 1, la cosa se empezó a poner algo más durilla. El viento arrecia, y las condiciones son fuertes. 
Sólo quedan volando Joseba y Óscar, los acróbatas, que nos amenizan el rato con sus virguerías.

Vale, sí, está fuerte, no se puede volar, pero, ¿es eso un problema?. ¿Qué hora es?, las 2. ¿Y a qué hora era el almuerzo/comida?, ¡ahora!
Así que, todo el mundo, a disfrutar de la parrillada, y macarronada.

Gracias al trabajo de Rakel, Merchi, Igone, al mando de los bártulos de cocina (o sea, ensalada de pasta, salchichas, hamburguesas), y con Iñigo (Arizaga, que hay muchos Iñigos por aquí), a los mandos del fogón, atacando las pancetas, costillas y txistorras, todos pudimos ponernos hasta arriba de comer.
Que siiii, también beber!

Bueno, un cafecito, un poco de palique, y, luego, arriba!!, que seguro que el viento baja.

Tras un rato en el despegue, amenizado, de nuevo, por los acro-Donosti (id pensando en un nombre artístico, que sino va a ser peor).