Ioar 8 Julio 2006.Iñigo Redín

Escrito el: 8th julio 2006 por AlasDeLeyre en Cronicas, LIGA NORTE

 

 

 

De nuevo en Ioar. Tras los logros de Búho con los todo terrenos, una vez más, nos arriesgamos y venimos a volar aquí. ¿Por qué?, pues porque a pesar de las incomodidades, es una zona que nunca falla. De hecho, las pocas veces que no hemos volado, ha sido por vagancia nuestra (para no subir al despegue sur). 
Además, el amigo Búho había conseguido coches y conductores, tanto para subirnos al despegue, como para la recogida.
El resto, ya se aprenderá con la experiencia…

La previsión no pintaba mal, según Rappel. Lo único, que no quedaba muy claro de dónde iba a venir el viento.
En caso de venir de sur, estaba previsto despegar de un lugar "nuevo", al oeste de las antenas. 
Parte de los pilotos subieron (por orden, desde el campo de fútbol, en todoterrenos). Sin embargo, el despegue no gustó mucho, así que, en vista de que no había viento, decidimos bajar al despegue habitual de norte.

Cuando llegamos, el típico toreo. Entraba de atrás. Aunque suave; siempre molesta, ¿no?.

Se decidió la prueba. Un gol lejos, hacia el sureste, confiando en que, en el Valle del Ebro, soplase algo de noroeste.
La prueba era: baliza en Cabredo, a 7 km del despegue, y, desde ahí, gol en Andosilla, a 48 km, totalizando 54,5 km.

Tuvimos que poner la salida cronometrada, como también es tradición aquí. La carrera empezaba al hacer la baliza de Cabredo, mejor dicho, al salir de la baliza.

El primero en salir de la zona del despegue: Ramón. Seguramente él no quería salir tan rápido, pero no tuvo más remedio, al quedarse algo bajo. Tras él, Iván y Akitxo. 
Todo el mundo circula con mucha precaución (excepto Ramón). De momento el techo no es muy alto, y nadie se fía. Más de uno se quedó tirado en la primera parte de la prueba, antes de hacer la baliza de Cabredo.

Ramón es el primero en hacer la baliza, con bastante distancia sobre el resto, aunque, com decía antes, al ser cronometrada, esto no importa, ya que el tiempo se cuenta al salir de la baliza, no del despegue. 
Robert está a punto de pinchar, teniéndose que escapar hacia el norte. Sale del mismísimo suelo (90 metros sobre la tierra ardiente), y se escapa.
Mientras, Paco sigue en el despegue, con pocas ganas…

Ramón se ha entretenido algo intentando trincar, así que Akitxo e Iván le adelantan.
Por fin, Paco se atreve a slair de la zona del despegue.

Cuando Robert y Paco hacen la baliza, los primeros ya se han cruzado toda la Sierra de Codés. Todos procurábamos ir por la cara sur, aprovechando la insolación y el escaso viento que había (ligerísimo del nordeste).

Yo hice la baliza con Marcelo. En esta baliza suele haber una térmica, y, en efecto, allí estaba (no la hicimos muy sobrados tampoco).
Ambos salimos de la baliza a la vez, con unos 1.700 metros. Aunque él se tiró a las crestas del sur, sobre Aguilar de Codés, y yo preferí mantenerme en la seguidad de las paredes de la Sierra de Codés.
Tanto Robert como Paco, escogieron la "ruta del sur", la ruta directa a la baliza. Cabe destacar que, por esta zona, Robert hizo el techo del día, llegó casi a 2.900 metros. Algo que yo ni olí en todo el vuelo. 
Entretanto, Iván se escaba ya de la sierra, con unos nada despreciables 2.500 metros, partiendo desde el extremo oriental. Con él, por detrás Akitxo, con 200 metros menos, y un poco después, Ramón, que sale de la sierra sin llegar hasta el final.

Cuando iba yo tranquilamente sobre la cresta, tuve unos meneos rarillos, que me obligaron a escoger una vertiente, al quedarme bajo. Me desvié a la cara norte (me daba más seguridad, porque aún había gente volando por ahí).
En un momento dado se me planteó la duda de si seguía por la norte hasta el despegue, o aprovechaba el collado al este del Ioar para pasar a la sur. Tomé esta segunda opción, pasando muy bajo por el collado, pero, como no había viento… Aunque, eso sí, pasé justo, muy pero que muy justo: ¡¡¡20 metros!!!
Cuando gané la cara sur, por la zona del despegue sur, tardé un poco en remontar, pero, al final, un buen pepino me puso a 2300 metros, altura que creí suficiente para escaparme de la sierra.

Hacia el gol, a lo lejos (aunque no debía ser muy lejos, ya que mi vista de lince me permitía verlos), veía a Akitxo y Ramón. Iván ya se había pirado.

El día era de los que me gustan, de "cansa-almas", girarlo todo, y asegurar techos. Lo importante, para mí, era llegar, no llegar pronto.
Al salir de la sierra, comienza un nuevo vuelo, de llano. Estábamos en "Piedrahita", sin viento, y con menos techo, pero era un vuelo cómodo.

Como era bastante tarde, era buena hora para volar por un llano sobrecalentado (abajo hacía unos 34 grados). Así que me puse el chip de vuelo en llano, y fui en busca de pueblos, y zonas en las que, los libros, dicen que hay térmicas. Más que nada porque estaba más solo que la una.

Yo atrapaba a Akitxo y Ramón, pero éstos me dejaban atrás siempre, porque siempre les pillaba tarde, cuando ellos se escapaban de la térmica
Un poco más al sur transitaban Paco, primero, y Robert.

Iván va solo en cabeza, con una buena ventaja sobre el resto, camino de Sesma.
Akitxo, y Ramón, casi conmigo, pero más altos, pasan algo al oeste de Los Arcos, aunque yo decido irme sobre el pueblo, ya que no tengo mucha altura. Y consigo trincar algo que me saca de la zona. Eso sí, ese algo era realmente flojo.

Todos seguimos una línea. Unos, la línea del suelo, la carretera. Mientras que los otros siguen la línea recta del GPS, desde la mismísima baliza.

Iván, poseso, va hacia Sesma, buscando los aires calientes del pueblo. Al ver que no funciona, sigue el correueblos, con destino a Lodosa
A estas alturas, por detrás, vamos los tres mosqueteros (Akitxo, Ramón y yo), y, ahora sí, estamos los tres juntos. Ramón me grita algo girando una térmica: -"Estoy sin variooooooooo". Jodé, con el tío, sin vario y sigue aquí. Desde entonces, Ramón sería mi sombra (la mía, porque Akitxo se nos escapa).
Giramos mucho, mucho, intentando asegurar un escaso techo. Akitxo no tiene la paciencia suficiente, y se escapa hacia Sesma antes que nosotros. Nosotros aún trincaríamos unos 250 metros más que él.
Los cuales nos sirvieron para llegar a Sesma mas holgados, y, además, teniendo a Akitxo por delante, para ver si se subia en algún lado.
Lo que conseguimos ver, al menos desde nuestra perspectiva, era cómo se arrastraba, de campo en campo, buscando tractores, paja, casas, lo que sea, que le diera un impulso hacia arriba.

Por el sur, los otros tres, Iván, Paco y Robert estaban pinchando, a unos 8 km del gol.

Aquí me había destacado un poco de Ramón, al no poder girar él bien las térmicas (el varioooo), y le llevaba unos metros de altura de diferencia.
Pasamos Sesma, en busca de una zona de monte oscuro que hay al este, y que continúa, por cierto, casi hasta el gol.
Y sí, ¡funciona!. Hago el techo, unos 2100, distanciándome bastante de Ramón, que giraba con el gps. Por debajo veo que Akitxo también ha venido a esta térmica, aunque creo que llegaría demasiado tarde.

Al final, me escapo de esa útima térmica, que, con un planeo de 14 km me pondría en el gol. Por detrás llega también Ramón, que, ha cubierto los últimos 30 km sin vario. Nada mal, ¿no?
Akitxo se quedaría en Carcar, a escasos 2,5 km de gol (tenía un radio de 1 km).

 

Saqué media hora a Ramón, según el crono, ya que él hizo mucho antes el inicio de carrera. Al gol llegué 7 minutos antes que Ramón. Él, a las 19:24, y el gol se cerraba a las 19:30. ¡Ufff!, ¡por los pelos!

Un dia estupendo. Muy cómodo para volar, y muy fácil (me refiero al viento). 
Creo que es la primera vez que vuelo en el valle del Ebro sin que haya nada de viento, absolutamente nada. Todos los molinos parados, ¡increíble!.
No está mal, dos pilotos en gol, con 54 km, otros 4 con más de 40 km, y 7 más con más de 20.

Íñigo Redín