Blancas 5 Agosto 2001. Íñigo Redín

Escrito el: 5th agosto 2001 por AlasDeLeyre en Cronicas, LIGA NORTE

Comentario 13ª manga Liga Norte

 El día pintaba muy bien. Las previsiones eran bastante buenas. Poco viento en altura, de oeste, perfecto, vaya.

Ya en el despegue, el día nos parecía extraño. Las nubes que a primera hora querían hacerse, no estaban por ningún sitio. No había ni una sola nube.
Se puso una prueba corta, previendo el posible norte o vientos fuertes. Sólo 29,4 km. Baliza en las antenas de Biescas (de Betés más bien) y gol directo en Larrés.

La prueba, a primera vista, era muy sencilla. Lo típico, ir a Collarada, pegarnos a la ladera de Betés y vuelta al gol. A poco techo que haya, esto está chupado…

Nadie tenía prisa por despegar. No había excesivo viento en el despegue. Y los veleros rascaban de lo lindo. Incluso estuvimos haciendo la ola a uno de ellos que pasó muy cerca del despegue (por debajo).

El primero en salir, sorprendentemente, fue Arizaga. Estaba por ahí, por la zona, sin trincar mucho. Y cuando trincaba algo, no era lo suficiente como para tirarse atrás. Luego empezaron a salir más pilotos: yo mismo, Félix, Miguel, Iñigo Egaña, etc…

Estábamos por la zona, sin mucho éxito, sin trincar nada decente. Félix, se fué más abajo de la punta Sayerri, y volvía rascando.
De repente oigo a Egaña: "Félix, ¿está bien?", miro abajo, y veo a Félix tirado en el suelo. Yo empecé a llamarle, pero no respondía. Empezaron a bajar los del despegue. Y Félix respondió: "oye, oye, que estoy jodido".

Aquí hay que agradecer la ayuda prestada por todo elmundo. Que se sepa que el rescate (en helicópetro) habría sido mucho más complicado si no hubiese estado tánta gente para ayudar.

Finalmente llegó el helicóptero y se llevó a Félix a Huesca.
No estamos muy seguros de cómo ocurrió la cosa. Una cosa sí que sabemos, si rascas, te arriesgas a algo así. Ya sabéis, de sobra, que el peligro está cuando más cerca nos encontramos del suelo. Le tocó a Félix, pero podríamos haber sido cualquiera de nosotros.

Siguiendo con la prueba, yo, tras aterrizar en el despegue y ver cómo estaba la cosa, volví a despega. Me planteé si valía la pena anular la prueba, y llegué a la conclusión de que no. Más que nada, porque lo de Félix había sido un accidente fortuíto, no achacable a las condiciones de la zona.

Trinqué a 2.800 en la zona de Blancas, y me tiré a Collarada, a la altura de Canfranc pueblo.
Ahí fué donde comenzó el festival. No sé si había algún tipo de cizalla o qué narices, pero, de repente, cuando estaba a unos 2.700 metros de altura, y navegando con normalidad (a unos 42 km/h, o sea, sin viento), entré en una térmica muy fuerte, un +7 creo que era. Intenté girarla y me escupió a freir espárragos. Seguí, y de nuevo otro pepinazo de esos. Esta vez esperé un poco a meterme dentro, y cuando estaba en ello empecé a cobrar como un idiota. La vela abajo, arriba, en todas partes. Y tras 150 metros, la cosa volvió a su sitio, aunque yo tenía las canillas chocando entre sí.
Seguí hacia Collarada, y tiré al Valle de Acumuer. Allí, junto con Chus, pillé un pepeino que nos puso a 3.000 y fuimos directamente a la baliza. No íbamos excesivamente rápido, a unos 50 km/h, pero era evidente que algo de viento sí que había. Antes de llegar a la baliza, vimos que estaba por ahí Beto, el argentino, que cuando nosotros llegábamos a la baliza, él se iba hacia el gol.

Tras hacer la baliza, había dos opciones, o seguir pegados a la pared en la que estábamos, que llevaba hasta el final del Valle de Acumuer, o ir directos hacia el gol, teniendo que entrar en el Valle de Acumuer por un lado. Escogí la segunda opción, y detrás de mí, Chus, Iñigo Egaña y el Buho, también.

Había que ir bien acelerado, pues el viento parecía totalmente en contra, y de una intensidad respetable. Veíamos a beto, cómo también andaba justo de velocidad para entrar en el valle. Yo iba en cabeza, con más de medio acelerador metido, intentando colarme en el valle, y de repente, ZAS, un buen viaje. Frontal, luego pérdida con twist… Enseguida la cosa volvió a su sitio, y seguí intentando pasar (más moral que el Osasuna en sus malos tiempos).

Cuando ví que la cosa era imposible, me dí la vuelta, y ví a los que me seguían, un poco más abajo y más atrás. Enfilé directamente al valle de Biescas, al valle de Tena. Por detrás, los tres que me seguían hicieron lo mismo, y fuimos a aterrizar a Orós alto.

Cuando estábamos en el aterrizaje comentamos que Arizaga estaría en el gol hacía unas 2 horas, seguro, riéndose de nosotros. Pero no, estaba un poco más abajo en el valle,pasándolas canutas con el ventarrón que hacía allí.

La manga la ganó Beto, que llegó al gol en solitario, seguido de Arizaga, y los cuatro que aterrizamos en Orós.
El día, a parte de lo de Félix, un poco extraño. Más viento del que se esperaba… Más tarde se empezaron a hacer unas hermosas lenticulares de norte por todas partes…

 

 

Íñigo Redín